Versión
Biblioteca Turno Mañana
Narrador 1: -
Queridos
chicos y grandes,
tengan uds.
muy buenas tardes.
Hoy le vamos
a presentar
la historia
de un hidalgo de los de lanza en mano, armadura antigua, rocín flaco y galgo
corredor.
Andaba por
los cincuenta nuestro enjuto amigo Quijana.
(APARECE DON
QUIJOTE CON UN LIBRO)
Aunque de
condición no abundante
tenía en su
casa un ama de llaves, una joven sobrina y un mozo de campo
para los
quehaceres de su hacienda.
Han de saber
que este hidalgo en sus ratos de ocio,
que eran los
más del año,
se daba a
leer libros de caballerías con tanta afición,
(COMIENZA A
TRAER MAS LIBROS, LOS LEE)
que olvidó
por completo su gusto por la caza y también de administrar su hacienda.
Se enfrascó
tanto y tanto en su lectura,
que se le
pasaban las noches leyendo… y también los días;
y así, del
poco dormir y del mucho leer,
se le secó
el celebro,
de manera
que vino a perder el juicio.
Rematada ya
su mente,
(SE TOCA LA
CABEZA, SE LEVANTA CONTENTO)
dio en tener
el más extraño pensamiento que jamás vio loco en el mundo.
Y fue que le
pareció conveniente y necesario,
Tanto para
el aumento de su honra como para el servicio de su república,
el hacerse
caballero andante, e irse por todo el mundo con sus armas y caballo
(CAMINA
HACIA UN LADO BUSCANDO ALGO)
a buscar
aventuras y a salvar injusticias.
En fin,
a poner en
práctica todo aquello que él había leído
y que ya
hacía dos siglos nadie ejercitaba.
(COMIENZA A
LIMPIAR EL ESCUDO, LUEGO LA LANZA, HACE QUE ARREGLA EL CASCO)
Limpió y
acondicionó una vieja armadura de sus bisabuelos,
empleó su
oficio en armar muy diligentemente un curioso casco de caballero,
medio casco
de arcabucero unido a la armadura con cartones y hierros.
Luego,
(BUSCA EL
CABALLO Y HACE QUE LE HABLA)
llamó
Rocinante a su caballo,
porque rocín
había sido antes.
Don Quijote
de la Mancha es el nombre que eligió para sí,
y dio en
cambiar el nombre de doña Aldonza Lorenzo,
(APARECE
DULCINEA, lo rodea MOVIENDO una cinta, QUIJOTE COMO EN UN SUEÑO)
una moza
agricultora vecina, de la que él había andado enamorado ya hace un tiempo,
por el de
Dulcinea del Toboso
más
apropiado y sonoro para ésta,
la señora de
sus sueños.
(DULCINEA Y
QUIJOTE SALEN DE ESCENA)
C.2 Que
trata de la primer salida que de su tierra hizo don Quijote
Narrador 2:
Hechas todas
las prevenciones,
(APARECE
QUIJOTE, trota lentamente con su caballo)
una de las
mañanas calurosas de julio,
Don Quijote
principió en dar camino a su deseo.
Más apenas
se vio en el campo,
(SE PARA
BRUSCAMENTE)
se le vino a
la mente que
¡no había
sido armado caballero!
Aquietó su
mente cuando se le ocurrió la idea
(SE TOCA LA
CABEZA PREOCUPADO, LUEGO SIGUE TROTANDO FELIZ)
de cumplir
la ley de caballería con el primero que se topase.
Y enfiló el
loco por el camino que le diera la aventura,
que no era
otra que la que su rocín quería.
A medida que
cabalgaba iba desvariando,
un poco por
el calor (SE SECA EL SUDOR DE LA FRENTE)
un poco por
enfermo su juicio
y, hablando
consigo mismo decía:
Don Quijote: -¡Dichosa edad y siglo éste! que podrá
ver las famosas hazañas mías, dignas de tallarse en bronce, esculpirse en
mármoles y pintarse en tablas! (mirando el cielo). ¡Oh, tú cronista encantador, al cantar
mis aventuras no te olvides de mi buen Rocinante!
Don Quijote: -(mirando a una figura imaginaria,
como si fuera un enamorado) ¡Oh, princesa Dulcinea, señora de mi cautivo
corazón! Mucho agravio me habéis hecho al despedirme reprochándome esta
despedida.
(SIGUE
TROTANDO, DIVISA dos mozas que están a la puerta de la venta, al verlo DICEN)
Mozas: -¡Huyamos!, ¡qué armaduras lleva
este hombre!
Quijote: (Tratando de ALZAR la visera de papel) – ¡No huyan vuestras
mercedes, no teman problema alguno! La orden de caballería que yo profeso
me impide hacerle daño alguno, y ¡menos a tan graciosas damas!
Mozas: - Ja! Ja!, miren como habla.
(Don Quijote se enoja, GOLPEANDO el
suelo con la lanza. ENTRA EL VENTERO)
Ventero: - Si vuestra merced, señor caballero,
busca posada, salvo una buena cama, todo lo demás hallará aquí en abundancia.
Quijote:( Acepta con un ademán) -Cuidad de
este rocín, que es uno de los mejores que este mundo pisó. (el ventero mira el caballo como
investigándolo, lo LLEVA a la caballeriza; al mismo tiempo las mozas LLEVAN
a Quijote hacia una mesa, lo hacen sentar para TRATAR de quitarle la armadura, NO PUEDEN, SE RÍEN. Cuando llegan al casco…)
Quijote:- No, la celada no!, gentiles damas.
(Una moza le DA DE COMER en la boca con
el casco puesto, lo mismo hace otra moza
pewro con un botella de vino).
Quijote: -(se levanta) Nunca fuera señor tan
bien atendido, más lo que más me fatiga es que todavía no soy caballero de
caballería. (se queda pensativo).
C. 3. Donde
se cuenta la graciosa manera que tuvo don Quijote en armarse caballero
Narrador 3:
(Quijote
hace lo que el relator comenta)
Abatiéndose
cada vez más de no haber sido nombrado caballero,
decidió
llevarse al ventero a la caballería
e hincándose
a sus pies le pidió: )
Quijote: -No me levantaré jamás de donde
estoy, valeroso caballero, si mañana no me habéis de armar caballero. Si mañana me otorgas el don que te
pido, entonces esta noche velaré mis armas en la capilla de este castillo. Y, se cumplirá lo que tanto
deseo, el poder como se debe, ir por todas las partes del mundo
buscando aventuras y deshaciendo necesidades como buen caballero andante.
Ventero:- (ASIENTE con un gesto y se sonríe)
¿Trae, muy señor mío, dinero? Porque mañana cuando se hagan las
debidas ceremonias y yo lo nombre caballero, es menester tener dinero para las
providencias necesarias que el camino depare.
Quijote:- Entiendo y prometo mañana seguir tu
consejo. Pero ahora dejadme, que debo velar mis
armas, como corresponde a un caballero.
(QUIJOTE JUNTA sus armas en un rincón
de la caballeriza, CAMINA alrededor cuidándolas… mirando para todos lados)
(al mismo tiempo, el ventero
DIRIGIENDOSE AL PUBLICO)
Ventero: -No saben el loco que tengo en el
patio, está cuidando sus armas a la espera que le haga caballero! (SALE)
(ENTRA un arriero con un balde para
darles agua a los caballos. Quijote se pone en guardia y se dirige hacia él.
ENTRA OTRO, dice, mientras Quijote se da vuelta)
Arriero:- ya le diste agua a los
caba…..(QUIJOTE con miedo de perder sus armas le DA UN GOLPE. El arriero CAE.
QUIJOTE se dirige A PELEAR con el otro GRITANDO. También GRITA el arriero.
ENTRA el ventero con las mozas)
(LOS
RELATORES LE TIRAN PIEDRAS = BOLITAS DE PAPEL A QUIJOTE)
(Quijote GRITANDO les dice…)
Quijote:- Alevosos! Traidores!
(dirigiéndose al ventero) Follón! Caballero mal nacido!
(El ventero con cara de susto, lo TOMA
DEL HOMBRO, lo LLEVA a otro lado).
Ventero: - Noble caballero, disculpad la
insolencia de esta baja gente.
También te digo querido hidalgo, que
aquí no hay capilla para nombrarte caballero. Pero, por lo que yo se el ceremonial de
la pescozada y del espaldarazo se puede hacer en cualquier lugar del campo. Y, como también ya honraste el suficiente tiempo
a tus armas, se puede proceder cuanto antes a cumplir con tu pedido.
Don Quijote: -(creyéndose todo, SONRIENDO) Estoy
pronto a obedecerte, termina todo cuanto antes, porque si soy otra vez
acometido y siendo caballero, ¡no pienso dejar persona viva en el castillo!, excepto
la que tú pidas que viva.
(Salen todos de la caballeriza, menos
los arrieros. El ventero CORRE y TRAE un libro que las mozas le dan. Éstas, se
sitúan al lado de Quijote. El ventero lo
hace ARRODILLAR)
Ventero: - (simulando una oración con el
libro-BIBLIA en la mano, y dándole un gentil golpe en la espalda con la espada,)
Bendigo esta lanza y te nombro caballero.
(el ventero le hace seña a una de las
moza que CIÑA la espada a don Quijote)
Moza: - (con mucho cuidado y HACIÉNDOSE LA SEÑORA) -Que Dios lo haga
venturoso caballero y le de ventura en sus batallas.
Quijote:- Como os llamáis honrosa dama? Quiero saber tu nombre para rendirte
honores con una de mis batallas.
Moza: Tolosa me llamo, gentil caballero.
Quijote: Tenga vuestra merced en llamarse doña
Tolosa de aquí en adelante.
Moza: -Como usted ordene, caballero.
Quijote: - (DIRIGIENDOSE a la otra moza) Y
usted cómo se llama?
Moza 2: Doña Molinera, señor.
Quijote: -De ahora en adelante ha de
llamarse usted doña Molinera. (SE DIRIGE al ventero) Ahora pronto me preparo en
busca de mi destino, no sin antes agradecerle el servicio de haberme armado
caballero
(El ventero lo SALUDA CON UNA
REVERENCIA, señalándole el camino. Salen todos riendo.)
De lo que
sucedió a nuestro caballero cuando salió de la venta
Narrador 4 -
Habiendo
alcanzado su deseo
salió de la
venta con gozo,
pero
acordándose de los consejos de quien lo había hecho caballero
decidió
volver a su casa en busca de dinero,
y otra cosa
importante,
como era el
de encontrar, un escudero.
Pensó en un
labrador vecino suyo
muy a
propósito para este oficio, un tal Sancho Panza.
Querido
público,
sepan, que
en el camino de regreso a su aldea,
don Quijote
tuvo ocasión de mostrar su coraje en diversos sucesos.
de todos
salió maltrecho.
Cuando llegó
a su casa
llegó tan
cansado el pobre
que dos días
se la pasó durmiendo,
sin
sospechar siquiera que no le quedaba ni un libro
de esos de
caballería.
A todos lo
habían quemado su sobrina y ama,
echándole la
culpa a un tal Muñatón
cuando Don
Quijote quiso saber qué pasó con ellos.
El caso es
que don Quijote
estuvo
quince días en casa muy tranquilo.
En ese
tiempo solicitó al labrador vecino suyo
(APARECEN QUIJOTE
Y PANZA, HABLAN ENTRE ELLOS)
el venirse
con él en busca de aventuras.
Tanto le
insistió y tanto le prometió...
Quijote: -Si tu me acompañas en mis venturas,
mi querido Sancho Panza, yo te prometo el gobierno de alguna isla. (PANZA
ASIENTE con un gesto)
Narrador4: -
Accediendo
Panza,
una noche
sin despedirse de sus hijos y mujer,
ni tampoco don
Quijote de su ama y sobrina,
(SALEN
QUIJOTE Y SANCHO, TROTANDO despacito por el campo)
partieron
del lugar sin que nadie los viese.
Y
encaminándose por el campo de Montiel,
el mismo
camino del primer viaje del enjuto caballero,
dijo Sancho
a su amo
Sancho Panza: -Mire vuestra merced, señor caballero
andante, no se le olvide de la isla que puedo yo gobernar por muy grande que
sea (SIGUEN TROTANDO).
Relator 4: -
Y así
siguieron camino,
el uno en un
rocín encorvado
y el otro en
un burro de carga.
Del buen
suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás inigualada
aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice
recordación.
Narrador 5- (TROTANDO AMBOS, del capítulo
anterior)
En esto,
descubrieron
treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo;
y, así como
don Quijote los vio,
dijo a su
escudero:
Quijote: –La ventura va guiando nuestras cosas
mejor de lo que deseamos, amigo Sancho Panza
¿no ves allí algo más de treinta
desaforados gigantes? (SEÑALA los molinos)
Pienso darles batalla y quitarles la
vida a todos. Será un gran servicio quitar tan mala
simiente de la faz de la tierra. (LEVANTA LA LANZA y se apresta a correr hacia
ellos)
Sancho Panza: – ¿Qué gigantes?
Quijote: –Aquellos que allí ves, de brazos
largos (SEÑALA) ¡de esos que suelen tener algunos de
casi dos leguas!
Sancho: -Mire vuestra merced, que aquellos no
son gigantes sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las
aspas, que, volteadas por el viento, hacen andar la piedra del molino.
Quijote: – ¡Son gigantes Sancho! ; y si tienes miedo, quítate de ahí (LO
CORRE A UN LADO), y ponte a rezar que yo voy a entrar con ellos en fiera y
desigual batalla.
(QUIJOTE SE LANZA A LA LUCHA apuntando
con su lanza y GRITANDO)
Quijote: –No huyáis cobardes y viles
criaturas, que un solo caballero es el que os arremete (LO DICE GRITANDO).
(Se levantó en esto un poco de viento y
las grandes aspas comenzaron a moverse, “ALGUIEN MUEVE LAS ASPAS”, QUIJOTE
RODEA EL MOLINO VARIAS VECES, COMO TOMANDO DISTANCIA O MIDIENDO)
Quijote: –Pues, aunque mováis más brazos que
los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar. (APARECE DULCINEA. SE PARA, LE
HABLA A DULCINEA. HACE GESTO DE SALUDO, SE VA PARA ATRÁS PARA TOMAR DISTANCIA Y
CORRER)
(Haciendo
esto, se encomienda a Dios con gestos)
(SE CUBRE
CON EL ESCUDO, APUNTA CON SU LANZA Y SALE AL GALOPE)
Narrador 5: Bien cubierto por su escudo y
apuntando con su lanza,
arremetió a
todo el galope embistiendo al primer molino.
(EMBISTE AL
MOLINO, PERO NO LE PUEDE PEGAR)
(Al dar la
lanzada en el aspa, CAE, TAMBIÉN LA LANZA. AL MISMO TIEMPO SANCHO PANZA CORRE A
SOCORRERLO)
Quedando muy
maltrecho después de rodar por el campo,
acudió
Sancho Panza a socorrerle.
Sancho Panza: – ¡Válgame Dios! ¿No le dije yo a
vuestra merced que mirase bien lo que hacía, que no eran sino molinos de
viento?
Quijote: –Calla, amigo Sancho, que las cosas
de la guerra están sujetas a continua mudanza; pienso en aquél sabio, el que me robó
el aposento y los libros, ha vuelto a estos gigantes en molinos sólo para
quitarme la gloria de su vencimiento. ¡Tal es la enemistad que me tiene! Te aseguro Sancho, que sus malas artes
han de poder poco contra la bondad de mi espada.
Sancho Panza:- Dios lo quiera (LE AYUDA A
LEVANTARSE A QUIJOTE, y a SUBIR AL CABALLO)
Quijote: (AMBOS CAMINANDO, QUIJOTE
MALTRECHO) –Yo me acuerdo haber leído que un caballero español... , se le
rompió la espada en una batalla.
Sancho: –Que así sea vuestra merced; pero
enderécese un poco, que parece que va de medio lado, y debe de ser de la
tremenda caída en la ventura de los molinos.
Quijote: –Es verdad, y si no me quejo del
dolor, es porque no es dado a los caballeros andantes quejarse de herida
alguna, aunque se le salgan las tripas por ella.
Sancho: -En cambio si a mí me pasara, me he
de quejar del más pequeño dolor que tenga. No es para los escuderos de los
caballeros andantes eso del no quejarse. (QUIJOTE SE RIE. SALEN AMBOS DE ESCENA).
Que trata de
la aventura que más pesadumbre dio a don Quijote de cuantas hasta entonces le
habían sucedido
Narrador 6: -
Deben saber
que la fama de don Quijote de la Mancha
iba siempre
delante de su misma presencia,
por ello
ocurrió lo que les vamos a contar,
una de las
tantas aventuras del manchego caballero..
Salió una
mañana don Quijote a pasear por la playa,
armado como
siempre,
porque como
muchas veces decía su descanso es también el pelear.(ENTRAN QUIJOTE Y SANCHO TROTANDO)
Lo acompaña Sancho su escudero.
Vio venir
hacía él un caballero armado(ENTRA EL CABALLERO DE LA BLANCA LUNA TROTANDO
HACIA DON QUIJOTE),
de punta en
blanco,
y una luna
resplandeciente como insignia en su escudo.
Cuando el
hidalgo se le acercó le dijo a Quijote
Caballero de la Blanca Luna: –Insigne caballero y nunca tan
alabado don Quijote de la Mancha, yo soy el Caballero de la Blanca Luna, cuyas
hazañas quizá ya hayan llegado a tus oídos.
Don Quijote: (mirándolo primero, muy sorprendido
dijo)- Caballero de la Blanca Luna, nunca había oído hablar de tus hazañas.
Caballero de la Blanca Luna: - (mirándolo más fijamente) . Vengo a
pelear contigo y a probar la fuerza de tus brazos! La razón de este propósito es confesar
que mi dama, no importa quién es, es sin comparación más hermosa que tu
Dulcinea del Toboso.
Quijote:- Doy por seguro que jamás habéis visto a
la ilustre Dulcinea. Si la hubieras visto jamás me
demandarías lo que me has pedido, porque no hay otra que la iguale en belleza
Caballero de la Blanca Luna: -Si confiesas que mi señora es más bella
que la señora de tus sueños, te excusaré de morir, y a su vez me librarás del
trabajo de matarte. Pero si quieres pelea y yo te venzo
tendrás que dejar las armas y abstenerte de buscar aventuras. Te retirarás a tu
lugar por lo menos por un año, en paz porque es lo que le conviene a tu
hacienda y a la salvación de tu alma. ¡Piénsalo!, tengo todo el día para que me
respondas.
Quijote: - En honor a Dulcinea acepto
vuestro desafío! Aprovechemos bien el día que tenéis y
elegid la parte del campo que bien te plazca. Yo haré lo mismo, y que San Pedro
la bendiga.
(APARECE EL VIRREY Y DON ANTONIO)
Virrey: - (poniéndose entre ambos, ya que
ambos hidalgos estaban entrando en combate) Soy el virrey de esta zona. Cuál es
la causa que los mueve a tan improvisada batalla?
Caballero de la Blanca Luna: - Le he dicho al caballero, que
mi dama es la más hermosa, y como don Quijote de la Mancha dice que la tal
Dulcinea no se le iguala, por estas razones entraremos en combate
Virrey:- (dándose vuelta y preguntando a
don Antonio) Esto es una burla que le quieren jugar a don Quijote de la Mancha?
Conoce usted a este Caballero de la Luna Blanca?
Don Antonio:-No se. Y no se quién es ese caballero.
Virrey: - (perplejo y pensativo se decía a si
mismo) Seguro es una burla. (dándose vuelta y dirigiéndose a los dos dispuestos
a combatir) –Señores caballeros que comience la batalla.
Caballero de la Blanca Luna: - (con reverencia) Agradezco su gentil
aceptación a mi pedido.
Quijote de la Mancha: (con reverencia)- Agradezco a vuestra
merced su permiso.
(mirando al cielo y luego a un costado)
Me encomiendo al cielo de todo corazón, y a ti Dulcinea te ofrezco esta
batalla.
(Quijote toma más distancia en el
campo, el Caballero de la Blanca Luna hace lo mismo).
Relator 6: - Dando ambos rienda a sus caballos, como
era más ligero el de la Blanca Luna, éste llegó primero a don Quijote. Levantó
la lanza, para no herir a Quijote, y
dando tremendo empujón a Rocinante y al manchego, cayeron éstos por el suelo.
(PONIENDO la lanza sobre la visera de
don Quijote)
Caballero de la Blanca Luna: –Vencido sois caballero, debes cumplir
lo prometido.
Don Quijote de la Mancha: - (molido y aturdido, sin alzarse la
visera, como si hablara dentro de una tumba, con voz debilitada y enferma)
Dulcinea del Toboso es la más hermosa mujer del mundo, y yo el más desdichado
caballero de la tierra, y no es bien que mi flaqueza defraude esta verdad. Aprieta, caballero, la lanza, y quítame
la vida, pues me has quitado la honra.
Caballero de la Blanca Luna: -Eso no haré yo. Que viva su entereza y
la fama de la hermosura de la señora Dulcinea del Toboso. Sólo me contento con
que el gran don Quijote se retire a su lugar un año, o hasta que yo mande, como
concertamos antes de entrar en esta batalla.
Don Quijote de la Mancha: -Digno caballero, como no me pedís
algo que manche la honra de la señora Dulcinea del Toboso, cumpliré todo que me
pediste antes. ¡Como caballero que soy!
Sancho Panza (triste y apenado se acerca a su
señor que no puede levantarse, tampoco su Rocinante; no sabía qué hacer.
Pensaba)- ¡Pobre mi señor, rendido y mal parado! Parece un sueño, un
encantamiento. ¡Por un año! Hazañas y esperanzas deshechas como se deshace el
humo por el viento.
(Sancho y el Caballero de la Blanca
Luna los ayudan a levantarse a ambos. Quijote toma las riendas de su caballo,
saluda al virrey con una reverencia. Sale Don Quijote todo maltrecho llevado en andas por Sancho).
Capítulo
LXV. Donde se da noticia quién era el de la Blanca Luna, con la libertad de Don
Gregorio, y de otros sucesos
Relator 7: -
Siguió don
Antonio Moreno al Caballero de la Blanca Luna,
por orden
del Virrey que quería saber quién era.
Le
persiguieron también varios muchachos,
hasta que en
un mesón de la ciudad, lograron desarmarlo.
(ENTRAN DON
ANTONIO y EL CABALLERO DE LA BLANCA LUNA, aquél HACE SENTAR A éste)
Don Antonio,
cumpliendo la orden encomendada,
lo obligó a
confesar:
Caballero de la Blanca Luna: - ¿Quieres saber quién soy? Sabed, señor, que a mí me llaman el
bachiller Sansón Carrasco; soy del mismo lugar de don Quijote de la Mancha. Los
que le conocemos estamos muy preocupados por su locura y sus majaderías. Creo
que en el estado en que se encuentra necesita reposo, en su tierra y en su
casa. Por ello hace tres meses decidí salir
al camino como caballero andante, llamándome el Caballero de los Espejos, con
intención de pelear con él y vencerle, sin hacerle daño.
Don Antonio: –Por qué querías pelear con Don
Quijote?
Caballero de la Blanca Luna: - Quería ponerle la misma
condición de nuestra pelea de hoy, para que se volviese a su lugar por todo un
año.
Don Antonio: – ¿Por qué un año?
Caballero de la Blanca Luna: - Creo que es el tiempo necesario
para que se cure y ser curado.
La cosa es que ya lo daba por vencido.
Pero la suerte lo ordenó de otra manera. ¡Porque él me venció a mí y me derribó
del caballo! Así, no tuvo efecto mi pensamiento y él prosiguió su camino. Yo me
volví, vencido, corrido y molido por la caída. Pero no por esto se me quitó el
deseo de volver a buscarle y a vencerle, para que vuelva a su tierra. Esto es, señor, lo que pasa. Suplico no
me descubras ni le digáis a don Quijote quién soy, para que tengan efecto los
buenos pensamientos míos y vuelva a cobrar su juicio en cuanto deje las
sandeces de la caballería.
Don Antonio: –¡Oh señor, Dios te perdone el agravio
que habéis hecho a todo el mundo, en querer volver cuerdo al más gracioso loco
que hay en él!
¿No veis, señor, que nunca se podrá
igualar el gusto que da con sus desvaríos el provecho que cause la cordura de
don Quijote?
Callaré, pero creo que no ha de tener
efecto lo que se propone.
Si no fuese por caridad, diría ¡que nunca sane don Quijote!
porque con su salud, no solamente perdemos sus gracias, sino las de Sancho
Panza, su escudero. (DIRIGIENDOSE AL PUBLICO)
Es que
cualquiera de ellas puede volver a alegrar a la misma melancolía.
FIN